Cada forma de conservación de alimentos tiene sus fortalezas y debilidades, pero hay algo especialmente satisfactorio en el enlatado casero. Los frascos terminados hacen una vista gratificante en los estantes de tu despensa, no requieren electricidad y sabrán bien por mucho más tiempo que los productos congelados. Las mejores frutas y verduras para enlatar son una cuestión de gusto personal, pero algunas definitivamente requieren menos esfuerzo que otras.
Frutas y Bayas
La acidez disuada del crecimiento bacteriano y ayuda a mantener seguros los alimentos enlatados. La mayoría de las frutas y bayas son relativamente altas en acidez, por lo que son buenas candidatas para el enlatado. Decidir entre ellos en base a la textura y la roturosidad. Frutas grandes como manzanas, peras, duraznos, ciruelas y nectarinas pueden bien. También lo hacen las bayas robustas, como las fresas y los arándanos. Las peras Bosc tienden a poder mejor que los pequeños Seckels delicados, y las frambuesas y moras frágiles se reservan mejor para la mermelada o la jalea.
Tomates y Productos de Tomate
Los tomates funcionan bien para enlatar simples baños de agua porque también tienen un nivel de acidez relativamente alto, aunque variable. Agregar jugo de limón o ácido cítrico a cada frasco suele ser suficiente para garantizar la seguridad alimentaria, sin importar cuán dulces y maduros sean los tomates. También puedes tu salsa fresca favorita directamente de tu máquina Vitamix, o salsa de tomate fresco después de que se coja a fuego lento al grosor adecuado.
Bajo Presión
Si estás listo para enlatar verduras de temporada alta, tendrás que invertir en una olla a presión, una olla a presión de gran tamaño diseñada para contener tarros Mason. Proporciona una manera de elevar la temperatura de tus frascos de conservas por encima de la temperatura de ebullición del agua. Eso es importante porque las bacterias que causan el botulismo pueden sobrevivir a temperaturas de ebullición. Armado con una enlatadora a presión, puedes hacer maíz, judías verdes, zanahorias, calabazas y la mayoría de las otras verduras. El enlatado tiende a hacer que las verduras sean suaves, así que elige las que más te gusten cuando estén completamente cocidas. Si encuentras que no te interesa servir verduras enlatadas por sí mismas, siempre puedes usarlas en sopas o guisos.
Un poco de ayuda
Algunas frutas y verduras que no pueden bien por sí solas aún pueden convertirse en grapas de despensa con un poco de ayuda. Los pepinos son un ejemplo clásico. El enlatado a presión le quitaría su textura crujiente y su sabor fresco, pero al decaparlo se conservan ambos. La salmuera a base de vinagre aporta la acidez necesaria para mantenerlos seguros. Del mismo modo, las bayas y las frutas pueden hacer mermeladas y jaleas sabrosas y duraderas incluso si no son adecuadas para el enlatado regular. El azúcar agregado actúa como un poderoso conservante, lo que le da a la mermelada terminada una vida útil que se mide en años y no en meses.
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