Si eres corredor, lo más probable es que tu horario de entrenamiento esté lleno de entrenamientos como carreras de tempo, días de pista, repeticiones de colina y carreras largas. Después de todo, si quieres ser un corredor fuerte y mejorar tu rendimiento, necesitas registrar más millas, ¿verdad? No tan rápido. Los corredores necesitan hacer algo más que correr. También necesitas pasar algún tiempo en el gimnasio. Ya sea que tu objetivo sea prevenir lesiones, correr un poco más lejos cada semana o enganarte una nueva marca personal, hay muchos beneficios del entrenamiento de fuerza para los corredores.

Ten en cuenta que tu objetivo no debería ser lograr abdominales de seis paquetes o los músculos más grandes en el hipódromo. En cambio, el entrenamiento de fuerza puede ayudarte a desarrollar la resistencia y la potencia que necesitas para correr lo mejor posible. Las principales áreas en las que debes enfocarte son tus glúteos y cadera, la mayoría de las lesiones por correr son causadas por la debilidad en estas áreas, y tu núcleo. Pero no te olvides de músculos más pequeños y estabilizadores como tus tobillos. ¿Aún no estás convencido? Aquí hay cinco razones por las que los corredores necesitan entrenar a la fuerza.

1. Prevenir lesiones

Si bien correr ha sido promocionado por sus muchos beneficios para la salud, hay una desventaja común: la lesión. Algunas investigaciones muestran que las tasas de lesiones pueden llegar hasta el 85 por ciento. Una de las mejores maneras de reducir tu riesgo de lesiones y dolor es seguir un programa de entrenamiento de fuerza; no esperes hasta después de que te lastimes para concentrarte en hacerte más fuerte.

Esto ayudará a fortalecer los músculos que rodean y apoyan estas áreas propensas a lesiones, ¡te estamos mirando, rodillas! Las sesiones de gimnasia también ayudan a fortalecer tus tendones, ligamentos y músculos para que puedan aguantar el impacto y el desgaste de correr.

2. Ir más rápido y por más tiempo

Si bien correr mejora tu capacidad aeróbica, tus músculos también necesitan estar preparados para correr más rápido y más lejos. Un programa de entrenamiento de fuerza específico para corredores puede ayudar a desarrollar las vías neuromusculares y de resistencia que necesita para realizar movimientos específicos de carrera durante un período de tiempo más largo.

3. Mejore la economía de funcionamiento

Todo corredor quiere correr para sentirse sin esfuerzo. La investigación ha demostrado que una forma de mejorar la economía de carrera es con el entrenamiento plyométrico: los saltos de caja de pensamiento y el lúpulo de una sola pierna. Estos movimientos dinámicos enseñan a tu cuerpo a mejorar la comunicación entre tu cerebro y tus músculos, y te ayudan a reclutar fibras musculares de manera más eficiente.

4. Terminar rápido

Los corredores tienden a confiar en las fibras musculares de contractura lenta para la resistencia. Sin embargo, también necesitas aprender a recurrir y usar tus fibras musculares de contracción rápida. Estas son las fibras que son responsables de los movimientos de poder y explosivos, y te ayudarán a correr más rápido. La plyometría puede ayudarte a aprender a llamar a los músculos de la contractura rápida, y las investigaciones han demostrado que esto podría significar tiempos de finalización más rápidos.

5. Mejore su forma

Cuando piensas en el entrenamiento de fuerza para corredores, probablemente pienses en ejercicios de la parte inferior del cuerpo. Pero no te olvides de tu núcleo y parte superior del cuerpo. Estos músculos son clave para mantener una buena forma mientras corres. Tu núcleo ayuda a estabilizar la parte superior e inferior del cuerpo, así como tu pelvis. Los músculos de la parte superior del cuerpo te ayudan a mantenerte ertudo y a mantener el pecho abierto cuando corres. Si estos músculos son débiles, es fácil romperse cuando llegas al final de una carrera o entrenamiento.

Entonces, ya sea que estés empezando a correr o listo para llevar tu carrera al siguiente nivel, tómate tiempo para el entrenamiento de fuerza. El solo dedicar de 10 a 20 minutos, de dos a tres veces a la semana, puede hacer una gran diferencia en tu desempeño y en cómo te sientes.