Lo más probable es que sepas que correr es bueno para ti. ¿Pero lo estás haciendo? Esa probabilidad es un poco menor. ¿Por qué? En gran parte, las personas son reacias a correr porque no entienden el alcance de los beneficios de este simple movimiento humano. Para darle una idea de su cuerpo, y tal vez algo de motivación adicional, aquí hay una descripción general de lo que hace correr por su cuerpo. Es posible que se sorprenda de lo útiles que pueden ser esos episodios regulares de cardio.
Tu cuerpo en el camino
Antes de profundizar en lo que la carrera hace por su cuerpo, es útil comprender lo que hace su cuerpo, tanto mecánica como químicamente, cuando sale a correr. A partir de ahí, tendrá una apreciación más profunda de algunos beneficios menos obvios de correr.
- Cero a dos minutos: a medida que sus músculos comienzan a trabajar, requieren energía. Para mantenerlos alimentados, su cuerpo aprovecha el glucógeno que ha guardado y convierte ese azúcar en su combustible principal: trifosfato de adenosina (ATP). Luego, esta sustancia se descompone aún más en ADP, que se recicla continuamente de nuevo a ATP. Si no hay suficiente glucosa almacenada en sus músculos, su cuerpo también tomará algo de su sangre. El ácido láctico se libera como subproducto de la reacción, que también se utiliza como combustible. En esta etapa inicial, su cuerpo se está preparando y este ciclo de combustible se está acelerando para tener más actividad.
- De dos a diez minutos: en este punto, es probable que estés comenzando a acelerar tu ritmo. Ahora que se está moviendo a un ritmo de trabajo cómodo, su corazón late más rápido para asegurarse de que llegue suficiente oxígeno y nutrientes a donde más se necesitan. Para apoyar esto, la sangre se desvía de los sistemas no relacionados con el funcionamiento, como la digestión. Sus demandas de energía están comenzando a aumentar aquí y dado que el oxígeno es vital para ese ciclo de combustible, comienza a respirar con más dificultad. Para mantener el equilibrio y avanzar de manera eficiente, los músculos de las piernas y el centro comienzan a funcionar junto con el músculo más grande que tiene: los glúteos (nalgas). Este aumento de la actividad muscular de grupos de músculos tan grandes quema una cantidad increíble de calorías. Las crecientes demandas de combustible y oxígeno dan como resultado un aumento de la temperatura corporal, lo que generalmente resulta en un sudor saludable.
- Diez a treinta minutos: cómo te sientes durante esta fase depende en gran medida de tu nivel de condición física, dieta y experiencia al correr. Los corredores experimentados tienen mucho ATP almacenado para mantenerlos con energía durante períodos prolongados. Sus cuerpos también están entrenados para usar ese combustible y oxígeno de manera más eficiente. Los corredores más nuevos, sin embargo, comienzan a quedarse sin ATP en este momento y tienen dificultad para respirar suficiente oxígeno para mantener el ciclo funcionando correctamente. Como resultado, los niveles de energía caen a medida que aumentan los niveles de ácido láctico, lo que provoca que los músculos se quemen y se agoten.
Músculos, huesos y articulaciones
Varios grupos musculares principales trabajan duro cuando corres. Ese desafío hace que cada uno de los músculos involucrados se vuelva más fuerte, más rápido y más eficiente tanto para moverse como para usar combustible.
Sorprendentemente, los huesos responden al ejercicio de manera similar a los músculos. En respuesta a sentirse estresados, se vuelven más fuertes, más densos y están mejor preparados para los desafíos futuros. De hecho, los investigadores de la Universidad de Missouri descubrieron que las actividades de alto impacto como correr son incluso más efectivas que el entrenamiento de resistencia cuando se trata de desarrollar huesos más fuertes.
Pero sus músculos y huesos no son las únicas partes de su cuerpo que se benefician de todos los empujones: sus articulaciones también están aprendiendo y creciendo. El cartílago y varios cojines que sostienen las rodillas, los tobillos y las caderas son desafiados y estimulados para mejorar cada vez que corres. Los pequeños músculos que envuelven estas articulaciones, que a menudo se pasan por alto durante otras actividades, se fortalecen cuando sale a la carretera. Esto da como resultado un mejor soporte de las articulaciones, un mejor equilibrio y patrones de movimiento más eficientes.
Corazón, pulmones y cerebro
De la misma manera que tus articulaciones, huesos y músculos mejoran para cumplir con las exigencias de tu carrera, tu corazón y tus pulmones comienzan a experimentar algunos cambios. Tu corazón, responsable de mover grandes cantidades de sangre a través de tu cuerpo, se fortalece y desarrolla la capacidad de impulsar más sangre con cada bombeo. Al mismo tiempo, sus vasos sanguíneos se vuelven transportadores más eficientes y se abren más para permitir un mejor flujo de tráfico. En respuesta, su presión arterial baja. Sus pulmones también se vuelven más fuertes y aprenden a moverse y procesar más oxígeno a un ritmo más rápido.
Esos neuroquímicos también estimulan cambios duraderos en el cerebro que pueden mejorar la memoria y la capacidad de pensamiento en general, incluso evitando los signos del envejecimiento, señala Harvard Health Publications .
Metabolismo, autoestima y estado de ánimo
¿Recuerda cómo los corredores más nuevos golpean una pared alrededor de los diez a treinta minutos cuando comienzan a agotar sus reservas de combustible? Cuanto más corre, más eficiente se vuelve su cuerpo en el uso de combustible. Pero los beneficios de esto se extienden mucho más allá de tus carreras. Ahora que ha desarrollado esos grandes músculos para correr, exigirán más calorías incluso cuando no estén trabajando, lo que le dará un metabolismo más alto todo el día, todos los días.
Según un estudio de 2010 publicado en Health Education Research , el acto de establecer y alcanzar una meta, algo que es una característica habitual de correr, puede brindarle un enorme impulso de confianza. Curiosamente, un estudio en el International Journal of Environmental Health Research encontró que las personas que corren al aire libre regularmente tienen aumentos notables de autoestima después de sus entrenamientos.
Durante tu carrera, tu cerebro también está bombeando numerosas sustancias que están diseñadas para mantener tu estado de ánimo y energía elevados. Afortunadamente, este efecto no desaparece cuando dejas de correr. De hecho, el ejercicio en general ha demostrado ser extremadamente útil para combatir la depresión y la ansiedad, según Archives of Physical Medicine and Rehabilitation .
Se conocen muchos beneficios de correr, pero a menudo se pasan por alto otros. ¿Ya tienes ganas de salir a correr?