Los amantes de la comida son muy volubles. La nueva cocina, las comidas reconfortantes gourmet y las barras de chocolate fritas, que alguna vez fueron las favoritas de la escena culinaria, ahora están casi extintas. El movimiento Slow Food, sin embargo, ha superado la fase de moda y ha echado raíces en el mundo culinario.
En 1986, Carlo Petrini concibió el Movimiento Slow Food en desafío a un McDonald's propuesto en la base de la Plaza de España en Roma. Tres años más tarde, el movimiento se consolidó formalmente con la firma del Manifiesto Slow Food en París. Aunque modesto en sus comienzos, Slow Food ahora tiene asociaciones nacionales en más de 160 países. En 2013, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente otorgó a Petrini su más alto honor, el premio Campeones de la Tierra, por su trabajo en el movimiento.
El Manifiesto Slow Food
El movimiento Slow Food es mucho más que un enfoque culinario de la granja a la mesa. El movimiento se basa en tres principios fundamentales: alimentos integrales en la industria de servicios de alimentos y en el hogar, métodos de producción limpios que preservan el medio ambiente y precios justos tanto para los consumidores como para los productores.
El Manifiesto de Slow Food considera que la cooperación tanto del consumidor como del productor es clave para implementar sus tres principios. Los consumidores orientan el mercado de producción de alimentos exigiendo alimentos saludables y los productores satisfacen la demanda utilizando su conocimiento colectivo de la industria. Todos trabajan juntos para disminuir la ubicuidad de la comida rápida y aumentar la producción y el consumo de alimentos integrales.
La organización
El movimiento Slow Food se estructura en tres niveles principales. El nivel internacional tiene consejos en los seis continentes. El nivel nacional toma decisiones autónomas respecto al movimiento, pero siempre en línea con los objetivos políticos del Consejo Internacional. El nivel local está formado por grupos, llamados convivia, que promueven el movimiento organizando actividades y eventos con fines educativos.
La educación comprende una gran parte de la misión de Slow Food. Slow Food fundó la Universidad de Ciencias Gastronómicas , una escuela acreditada ubicada en Italia que ofrece un enfoque holístico para la enseñanza de la gastronomía y la agricultura.
Slow Food y tu restaurante
Su restaurante puede adherirse a los principios de Slow Food, utilizando productos de origen local siempre que sea posible, respetando la conservación del medio ambiente en la producción de alimentos y poniendo a disposición de sus clientes alimentos completos y sabrosos a precios razonables. Muchos restaurantes anuncian la incorporación de Slow Food enumerando sus beneficios en el menú. Simplemente agregue algunos descriptores sin pretensiones como "elaborado con verduras de origen local" o "utilizamos solo verduras recién cosechadas".
Si los invitados quieren saber más, eduque a su personal de servicio para que puedan responder preguntas con conocimiento. O adopte un enfoque más proactivo y organice una clase en el restaurante que explique por qué su establecimiento adopta el enfoque Slow Food. Integre el movimiento Slow Food en su menú de manera informal y sin aumentos de precios innecesarios. No utilices la comida lenta como estrategia de marketing. Conviértalo en una forma de hacer negocios.
Para obtener más información, busque un convivium local cerca de usted .