Por Susan Amick
“¡Basta! ¡Si se vuelve a descomponer otra licuadora, ordeno una Vitamix!”, le dije a mi hijo y a mi novio. El año pasado me la pasé comprando varias licuadoras nuevas y esperando las piezas de repuesto por lo rápido que se averiaban debido a que las sometíamos a un uso exhaustivo y exigente. En nuestra ocupada y deportista familia, que incluye un ciclista competitivo y un triatleta empedernido, no tenemos tiempo para esperar las piezas de repuesto de una licuadora más. Hasta mi vecina deseaba que encontráramos una solución pues ya estaba cansada de estarnos prestando su licuadora.
Necesitábamos una licuadora confiable para atender de inmediato las omnipresentes necesidades calóricas y nutricionales de los atletas de la casa, incluidas las de sus amigos que entrenan con ellos y pasan a cargar baterías después de un arduo entrenamiento. Como era de esperarse, a la semana siguiente la última licuadora se descompuso, ¡y pum, compramos la Vitamix! ¡Yupi! Se terminaron los problemas para la licuadora y para mí. ¡Fue un gran alivio para todos nosotros!
Con la Vitamix podemos preparar una bebida de recuperación a base de proteínas o carbohidratos para recargar combustible. Boris, el triatleta, a menudo tenía tres entrenamientos por separado además de un trabajo de tiempo completo. Antes de (literalmente) salir corriendo por la puerta, se preparaba como desayuno un smoothie “echando de todo en la Vitamix”. Usaba cualquier verdura o fruta que hubiera. Y ni hablar de las deliciosas sopas instantáneas que elaboraba en cinco minutos para tomar una sustanciosa cena.
La Vitamix es tan importante para nosotros que frecuentemente hemos dicho, bromeando, que las primeras cosas que meteríamos al coche si se acercara un huracán serían la Vitamix, las bicicletas y los zapatos para correr –¡en ese orden!
De manera rápida, fácil y nutritiva, la misma Vitamix le ha dado energía a nuestra vida diaria durante los últimos seis años. Nuestra Vitamix nos ha ayudado a llegar a dos campeonatos de triatlón de distancia corta en el Estado de Florida, ganar competencias a nivel nacional e internacional en este deporte, y ahora poder entrenar y formar a otros triatletas y nadadores.
Boris sigue utilizando la Vitamix al menos dos veces al día. En cuanto a mi otro hijo, cuando se fue de la casa para convertirse en ciclista universitario, ¿saben qué se llevó con él? Adivinaron: su propia Vitamix, que ha sido su fuente de energía para recorrer Estados Unidos y el resto del mundo.
En mi caso, ya no he tenido que esperar piezas de repuesto ni pedir prestada una licuadora desde aquel día hace seis años. ¿Y en lo que respecta al precio? Bueno, tendría que decir que no tiene precio. ¡Disfruten la experiencia!
Si usted tiene una historia que contar en relación con la Vitamix, nos encantaría que la compartiera con nosotros. Sírvase enviarla por correo electrónico a: socialmedia@vitamix.com